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Agile ha sido una metodología principalmente desarrollada y aplicada para proyectos de Software, sin embargo sus beneficios han contagiado a la industria de la construcción para aumentar la eficiencia y la flexibilidad en la gestión.

 

En el artículo anterior, “La Metodología en Cascada para la Gestión de Proyectos de Construcción” se revisaron las características más importantes para la ejecución de proyectos de manera rígida y secuencial. Así mismo, se analizaron los beneficios que esta metodología ofrece, primordialmente en nuestra industria.

La metodología en Cascada nació como una práctica que se adaptaba perfectamente en el contexto de la construcción. Los métodos de investigación han venido explorando nuevas formas de generar conocimiento y una de ellas es experimentando metodologías y teorías en otras industrias para conocer su impacto a nivel operativo, táctico y estratégico.

Agile aún no tiene una traducción formal al español, las terminologías más usadas son ‘Agilismo’ y ‘Metodologías Ágiles’. Agile es una de esas metodologías que inicialmente fueron creadas para adaptarse a un tipo de proyecto en específico, en este caso Software, pero que durante la última década han sido exploradas para beneficio de otros sectores, uno de ellos la construcción. La importancia de esta metodología radica en el concepto de adaptación a los cambios.

Usualmente, los proyectos de construcción tienen rígidamente definidas sus etapas en un orden específico, generalmente comenzando con la identificación de una necesidad, luego con una etapa de análisis, posteriormente con la identificación de soluciones, seguido por los estudios de factibilidad, evaluación, financiamiento, diseño, licitación, construcción, puesta en marcha, operación y mantenimiento, y abandono. Sin embargo, cuando se debe realizar algún cambio en el alcance del proyecto y usted se encuentra justamente en la etapa de construcción (por ejemplo), es casi imposible poder realizar ese cambio, lo cual genera insatisfacción de las partes interesadas, entre otros impactos.

Como su nombre lo indica, Agile propone aumentar la versatilidad y flexibilidad de los proyectos para aumentar la eficiencia, la oportunidad de maniobra en la gestión, la satisfacción de inversionistas y usuarios finales, así como entregar resultados tangibles en menor tiempo. El tema es que es necesario entender cuáles de las prácticas utilizadas en Agile pueden ser aplicadas a los proyectos de construcción sin deformar la estructura sistémica de la gestión.

Previo a profundizar sobre esta metodología, es importante entender que Agile es diferente de Lean, tal y como lo expresa Sánchez y Nagi (2001):

Lean fue desarrollada como respuesta a la presiones competitivas con recursos limitados. Agile, por otro lado, es una respuesta a la complejidad generada por el constante cambio. Lean es un conjunto de técnicas operacionales enfocadas al uso productivo de recursos. Agile es una estrategia global enfocada en el crecimiento a través de ambientes impredecibles. […] Mientras Lean corresponde a sistemas de producción flexibles que ofrecen una adaptación reactiva, los sistemas de producción Agile ofrecen una adaptación proactiva.

 

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El Manifiesto Agile

El Manifiesto Agile fue elaborado formalmente por Beck et al. (2011). En él se describen 12 principios básicos que todos los proyectos –desde la perspectiva Software- deben seguirse para poder llamarse Agile:

1- Nuestra principal prioridad es satisfacer al cliente a través de la entrega temprana y continua de software con valor.

2- Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo. Los procesos ágiles aprovechan el cambio para proporcionar ventaja competitiva al cliente.

3- Entregamos software funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses, con preferencia al período de tiempo más corto posible.

4- Los responsables del negocio y los desarrolladores trabajamos juntos de forma cotidiana durante todo el proyecto.

5- Los proyectos se desarrollan en torno a individuos motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo.

6- El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros es la conversación cara a cara.

7- El software funcionando es la medida principal de progreso.

8- Los procesos ágiles promueven el desarrollo sostenido. Los promotores, desarrolladores y usuarios debemos mantener un ritmo constante de forma indefinida.

9- La atención continua a la excelencia técnica y al buen diseño mejora la agilidad.

10- La simplicidad, o el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado, es esencial.

11- Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos auto-organizados.

12- A intervalos regulares, el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para, a continuación, ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia

 

 

Estos principios se basan en cuatro valores básicos que rigen la ejecución de proyectos de Software. Sin embargo, como nuestro interés es el sector de la construcción, no vamos a entrar en este detalle. El siguiente paso de este artículo es entender cuáles de estos principios –y cómo- se utilizan en los proyectos civiles y arquitectónicos.

Comparación entre el Método Cascada y el Método Agile.

La Gestión de Proyectos Agile Aplicada a la Construcción

Esta metodología es iterativa e incremental (Straçusser, 2015). Esto significa que las etapas se fragmentan en tareas y actividades aún más pequeñas (normalmente de 2 a 6 semanas). Cada iteración –también llamados paquetes, que corresponden a esfuerzos de 2 a 6 semanas que el equipo de proyecto ha definido- es llamada ‘Sprint’. Corresponde simplemente a un conjunto de tareas que deben realizarse juiciosamente en los tiempos y la calidad esperados. Normalmente, terminado el Sprint, se realiza una presentación del producto a las partes interesadas. Esto minimiza notablemente los riesgos y permite al proyecto adaptarse rápidamente a los cambios. Esta modalidad de gestión también permite al usuario ofrecer retroalimentación al equipo y agregar o modificar tareas en los Sprints.

Como lo confirma Straçusser (2015), los proyectos de construcción han sido considerados como:

Pobres candidatos para Agile, ya que estos son secuenciales por naturaleza y los cambios son cada vez más costosos a medida que se avanza en el ciclo de vida del proyeto. Un cambio durante el diseño puede costar $1, mientras que durante la fase de construcción costará $100 implementarlo

Reforzando esta posición, Burger (2017) ratifica los problemas de poder aplicar Agile sobre todo en las últimas etapas de los proyectos, a partir de la fase de construcción.

 

Por otro lado, la aplicación de esta metodología en las fases iniciales de prefactibilidad y diseño puede traer los siguientes beneficios:

  1. Aumento en la participación de los inversionistas y clientes –en general, todas las partes interesadas-, lo cual incrementa la confianza y la percepción de control.
  2. Reducción de la incertidumbre y el mejoramiento en la gestión de los riesgos del proyecto al descomponer la complejidad del proyecto en paquetes más sencillos de trabajar.
  3. Aumento en la precisión y confianza en las estimaciones de costos de construcción.
  4. Mayor uso de ensambles prefabricados, lo que hace que los proyectos de construcción se parezcan más a proyectos de fabricación donde los factores impredecibles como el clima tengan menos efecto.

Aun cuando la rigidez en las fases posteriores del proyecto sean necesarias, Agile puede generar también ventajas durante su ejecución:

  1. Descomposición de los entregables del proyecto en secciones más pequeñas y manejables que no necesariamente deban/puedan ser reorganizadas, pero que pueden ser gestionadas y controladas hasta su finalización.
  2. Enfoque en la gestión del tiempo a través de la revisión regular y frecuente de Sprints, lo cual permite mejora la gestión financiera durante la ejecución, específicamente en las áreas de productividad y rentabilidad.
  3. Se abre las puertas al mejoramiento continuo promoviendo a los empleados el trabajo en equipo, hacer las cosas mejores y más rápido.

En conclusión, Agile es otra de las metodologías que, combinada con otros sistemas y tipos de gestión, amplía de manera significativa los beneficios de los proyectos en construcción. Agile ya es una metodología que ha sido aplicada a nivel de construcción en países como Chile y México; son experiencias que el gremio constructor podría explorar y explotar para ir a la vanguardia en términos de eficiencia y resultados. Es importante poder adaptar las técnicas y modalidades siempre que sean para mejorar el sistema. Al fin y al cabo, sería incoherente parar en la búsqueda de soluciones que hagan su proyecto el mejor.

 

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Bibliografía

Beck, K., Beedle, M., van Bennekum, A., Cockburn, A., Cunningham, W., Fowler, M., & Thomas, D. (2011). Manifesto for Agile Software Development. Obtenido de http://www.agilemanifesto.org

Burger, R. (16 de Oct de 2017). The Balance. Obtenido de https://www.thebalance.com/what-is-agile-construction-management-845374

Sánchez, L. M., & Nagi, R. (2001). A Review of Agile Manufacturing Systems. International Journal of Production Research, Vol. 39(16), pp. 3561-3600.

Straçusser, G. (2015). Agile Project Management Concepts Applied to Construction and Other Non-IT Fields. PMI® Global Congress 2015. North Carolina, Orlando: Project Management Institute.

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